Madre, una gracia te pido, 
que me sanes en cuerpo y alma.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Aporte para la Prédica del 4º Dom. de Adviento


En este cuarto domingo de Adviento nos acercamos más al Misterio de Dios revelado a los hombres, teniendo como instrumento para la Encarnación de su Hijo a la Virgen María.

El domingo pasado Dios nos ayudaba a comprender que no sólo alivia el peso de nuestras transgresiones sino que se los quitaba de nuestras espaldas, haciéndonos libres para el encuentro con él. Hoy el profeta Miqueas profetizará demostrando la pedagogía de Dios, que para nosotros será una paradoja.

"Y tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti, me nacerá el que debe gobernar a Israel..."

En esta liturgia se encuentran la grandeza de Dios y la pequeñez de los hombres; la omnipotencia del Altísimo y la humildad de la creación. Lo que es pequeño y "sin valor" para la humanidad (Belén, María, Isabel) es rescatado por la Gradeza del Dios Todopoderoso. Del peublo más pequeño y de la tribu más pequeña (Belén y Judá) Dios hará nacer un Pastor para su pueblo, un pastor que se pondrá de pie y apacentará su rebaño. De María, mujer sencilla y humilde, perteneciente al resto de Israel Dios hará nacer el Salvador de la humanidad, el Pastor Universal. De Isabel, mujer excluida por ser estéril Dios hará nacer el que viene delante del Señor.

Eso nos hace pensar que Dios no mira con nuestros ojos ni sus pensamientos son nuestros pensamientos. Mientras nosotros somos llevados a tener cada vez más, nos preocupamos por la apariencia, nos preocupamos por pertencer a la elite social, Dios continúa a elegir los que son sencillos, los pobres, los excuidos, los que nada tienen.

Por otra parte, María va al encuentro de Isabel su prima, que también está embarazada. El saludo de Isabel muestra una vez más la paradoja: "Tú eres bendita entre todas las mujeres... Feliz de ti porque has creído". Dios la mira a María porque ha creído que el todopoderoso no abandona, no se olvida de sus hijos, y ella revela su creencia con el cántico del Magnificat.

La pregunta es: ¿qué cosas buscamos como cristianos? ¿Qué cosas elegimos? ¿Qué cosas creemos?

Hoy somos llamados a imitar a María: buscar la gracia y la paz que viene de lo alto, elegir la sencillez de corazón porque es donde están los ojos de Dios, creer (confiar) que Dios es fiel.


P. Adelino DOS SANTOS, HSICM




Antífonas Mayores - Oh Renuevo


DÍA 19 DE DICIEMBRE

OH RENUEVO
del tronco de Jesé,
que te alzas como un signo por los pueblos,
ante quien los reyes enmudecen
y cuyo auxilio imploran las naciones,
ven a librarnos, no tardes más

Qué milagro ver las flores y las espigas en cada primavera! ¡Qué milagro que los árboles se carguen de fruto cada año! ¡Qué milagro cada renuevo y cada retoño, cada niño y cada cría! ¡Qué milagro la vida!

Pero si nace un retoño de un tronco viejo ¿qué podemos decir? Eso ya supera las fuerzas de la naturaleza, hay que admirar y alabar. Como lo hizo Abraham, cuando en su ancianidad engendró al hijo de las promesas. Como David, a quien se le prometió una descendencia gloriosa interminable.

Del viejo tronco de Isaí, padre del rey David, brota un Renuevo lleno de gracia y de espíritu. «Reposará sobre él el espíritu de Yahveh, espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahveh» (Is 11, 2).

Será un líder maravilloso, revestido de justicia y misericordia. Será como un signo favorable para los pueblos, como un arco iris, como un buen horóscopo, anuncio cierto de salvación. Tiene en sus manos el secreto de la ciencia y de la paz. Todos los príncipes y sus consejeros, todos los sabios e investigadores, quedarán pasmados ante él.

Todas «las gentes lo buscarán» (Is 11,10) y todas las naciones solicitarán su visita. Será la admiración del mundo y tendrá millones de "fans" por todas partes.

Y es verdad. Todo el mundo está como esperando un gran Salvador, un líder ideal, que llene de ánimo y de esperanzas. La gente está necesitada de ilusión y de esperanzas. Sufrimos desencanto tras desencanto, decepción tras decepción. Se prometen cosas, y todo queda en palabras y buenas voluntades. Se habla de cambio, para que todo siga igual. Lo que hoy más necesitamos es una esperanza nueva. Necesitamos organizaciones nuevas y políticos nuevos. Necesitamos un hombre divino, pero que sea de nuestra raíz y nuestra raza, que brote de nuestro árbol.

Por eso,
ven, Renuevo maravilloso del tronco de Jesé,
ven enseguida a librarnos de esta tristeza,
ven, Príncipe ideal.
Ven, Renuevo,
a renovarlo todo,
a hacer un mundo nuevo,
«una tierra nueva, en la que habite la justicia».

4º día de la Novena


Diciembre 19 – Día 4

1.- Oración para comenzar
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tú hijo la mejor prenda de tú amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro

2.- Oración para la familia
Señor has de nuestro hogar un sitio de tú amor. Que no haya injuria porque tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque tú nos bendices. Que no haya egoísmo porque tú nos alientas. Que no haya rencor porque tú nos das el perdón. Que no haya abandono porque tú estas con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti en tú diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.

3.- Oración a la Virgen
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos reúne alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.

4.- Oración a San José
Santísimo San José esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles, con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro

5.- Meditación del día
El cuarto día dedicado a la SINCERIDAD.
Una cualidad sin la cual el amor no puede subsistir, ya que no hay amor donde hay mentira. Amar es andar en la verdad, sin máscaras, sin el peso de la hipocresía y con la fuerza de integridad.
Sólo en la verdad somos libres como lo anunció Jesucristo: Juan 8, 32. Sólo sobre la roca firme de la verdad puede sostenerse una relación en las crisis y los problemas.
Con la sinceridad nos ganamos la confianza y con la confianza llegamos al entendimiento y la unidad.
El amor nos enseña a no actuar como los egoístas y los soberbios que creen que su verdad es la verdad.
Si la navidad nos acerca a la verdad es una buena Navidad: es una fiesta en la que acogemos a Jesús como luz verdadera que viene a este mundo: Juan 1, 9. Luz verdadera que nos aleja de las tinieblas nos mueve a aceptar a Dios como camino, verdad y vida. Ojalá nuestro amor esté siempre iluminado por la verdad, de modo que esté también favorecido por la confianza.

6.- Oración al niño Dios
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es navidad. Amén.
Gloria al Padre

7.- Gozos
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino infante ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Niño del pesebre nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tú esplendor veamos, Niño tan precios, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Rey de las naciones Emmanuel preclaro de Israel anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño ven Dios humanado luce hermosa estrella, brota flor del campo.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo mi divino hermano.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- has de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tú amor y tú paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Ven salvador nuestro por quien suspiramos ven a nuestras almas ven no tardes tanto

ORACIÓN CON MARÍA 4


Cuarta y última semana de Adviento

Lectura bíblica: cuando se cumplió el plazo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, para que recibiéramos la condición de hijos (Gál 4,4-6)

Meditación: Dios se ha hecho como nosotros. De modo admirable ha asumido un cuerpo en el vientre de María. Ella es el templo en quien Cristo se ha hecho sacerdote en favor de los hombres. María nos ha dado al Emmanuel: Dios-con-nosotros.

A continuación lees la frase bíblica que corresponde al día de esta cuarta semana de Adviento.

Domingo: Fuiste tú, Señor, quien me sacó del vientre, me tenías confiado en los pechos de mi madre (Sal 21)
Lunes: Desde el seno pasé a tus manos, desde el vientre materno tú eres mi Dios (Sal 21)
Martes: Hablaré de ti a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré (Sal 21)
Miércoles: Mi corazón se regocija por el Señor, mi poder se exalta por Dios (1 Sam 2,1)
Jueves: ¡Oíd, que llega mi amado saltando por los montes! (Cant 2,8)
Viernes: ¡Levántate, amada mía, hermosa mía, ven! (Cant 2,10)
Sábado: Amanece un día santo para nosotros, hoy una luz espléndida desciende sobre la tierra. Feliz Navidad.

Oración final: Estás viendo, Señor, cómo tu pueblo espera en fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo; concédenos recibirlo en fe como María, que lo acogió antes en su corazón que en su vientre. Amén.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Antífonas Mayores - Oh Adonai


DÍA 18 DE DICIEMBRE

OH ADONAI
Pastor de la casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente
y en el Sinaí le diste tu ley,
ven a librarnos con el poder de tu brazo


Admiramos esa espléndida manifestación de Dios como fuego y como amor, como pastor y como ley, como fuerza liberadora. Ese Señor-Pastor, que ama a su pueblo, a su rebaño, y que no permitirá que nadie lo someta o lo disperse, que nadie le arrebate una oveja de su mano. Por eso, se manifestará con brazo poderoso para liberar y dirigir a su pueblo.

Se manifiesta a Moisés como llama que enciende y no consume, que purifica y no mata, que ilumina y no ciega, que conduce y no esclaviza. Esa llama se comunicará al profeta para que pueda romper las ataduras que atan a su pueblo y para que pueda conducirlo sabiamente.

Se manifiesta a Moisés como Pastor y Legislador, como norma y camino, como meta y horizonte de vida. Una ley que se inscribe en piedra, pero que terminará escribiéndose en el corazón. Una ley que se irá concretando y reduciendo en palabras tan sencillas y tan vivas como el amor.

Pues ven, Pastor, a conducirnos.
Tú eres nuestro buen Pastor.

Ven, Adonai-Señor, a liberarnos.
Tú eres nuestra Pascua.
Lo pedimos con toda nuestra fuerza,
porque, a pesar de tanta Declaración de Derechos,
de tantas constituciones,
de tanto código y de tanta democracia,
no nos sentimos libres ni seguros;
porque, a pesar de tantos pastores,
líderes y gobernantes,
no nos sentimos bien dirigidos y orientados.

El rebaño anda disperso
y el pueblo no sabe lo que quiere.
Nos dejan pequeñas parcelas de libertad,
para que nos lo creamos,
pero las cosas realmente importantes
no sabemos quién las decide.
Nos entretienen con espectáculos variados
y nos proporcionan la ración diaria de «pescado y de cebollas»,
para que nos conformemos,
pero el alimento que nutre de veras
no está a nuestro alcance. Somos esclavos de la peor condición,
porque no conocemos sus cadenas.
Por eso, Señor,
ven a liberarnos con el poder de tu brazo.

Nuestra Señora de la Expectación (de la O)

Hoy, de modo muy especial, quiero dedicar una entrada a mi querida Patrona, a Nuestra Señora de la O, o de la Expectación. Tengo un cariño especial por esta fecha y esta advocación, porque fue bajo la protección de la Virgen de la Expectación o como estoy acostumbrado a llamar afectivamente Nuestra Señora de la O, que yo fui bautizado e hice mi primera comunión. Además participaba con fervor de los festejos de la Patrona de mi parroquia que iba desde el 18 de diciembre hasta el 06 de enero, fiesta de los Reyes Magos. Sí, la fiesta era más que una novena, se juntaba la fiesta Patronal, Navidad y los Reyes.

Me acuerdo con mucha alegría de las fiestas participadas, cómo la iglesia era adornada, las canciones y después de misa el parque de diversión que estaba armado en la plaza.

Les diré cómo surgió esta advocación:







Nuestra Señora de la "O" es una devoción mariana surgida en Toledo, en España, remontada a la época del X concilio, presidido por el Arzobispo Santo Eugenio, cuando propuso que la fiesta de la Anunciación fuera trasladada para el 18 de diciembre.

Cuando su sucesor y sobrino Santo Ildefonso asume, éste determina que la fiesta sea celebra en el mismo día, pero bajo la advocación de Expectación del Parto de la Beatísima Virgen María. Eso por el hecho de que, en la víspera del 18, se rezaban las Antífonas Mayores (que van hasta Navidad), indicadas por las exclamaciones o suspiros, ¡Oh! de la Virgen acercádose el día del parto. El pueblo tendría asumido esta Fiesta (podemos decir que de modo más simple y campesino) como Nuestra Señora de la O (¡Oh!).

Hoy hay varias parroquias en España, Brasil, México y otros países con esta Advocación.

Que la Beatísima Virgen María de la Expectación derrame sus gracias y bendiciones sobre vos y tu familia. Ella conceda lo que más necesitás. Con ella caminemos al encuentro del Niño que está por nacer.

3º Día


Diciembre 18 – Día 3
1.- Oración para comenzar
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tú hijo la mejor prenda de tú amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro

2.- Oración para la familia
Señor has de nuestro hogar un sitio de tú amor. Que no haya injuria porque tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque tú nos bendices. Que no haya egoísmo porque tú nos alientas. Que no haya rencor porque tú nos das el perdón. Que no haya abandono porque tú estas con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti en tú diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.

3.- Oración a la Virgen
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos reúne alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.

4.- Oración a San José
Santísimo San José esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles, con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro

5.- Meditación del día
Tercer día dedicado al RESPETO.
Una cualidad del amor que nos mueve a aceptar a los otros tal como son.
Gracias al respeto valoramos la gran dignidad de toda persona humana hecha a imagen y semejanza de Dios, aunque esa persona esté equivocada.
El respeto es fuente de armonía porque nos anima a valorar las diferencias, como lo hace un pintor con los colores o un músico con las notas o ritmos.
Un amor respetuoso nos impide juzgar a los demás, manipularlos o querer moldearlos a nuestro tamaño.
Siempre que pienso en el respeto veo a Jesús conversando amablemente con la mujer samaritana, tal como lo narra San Juan en el capítulo cuatro de su evangelio.
Es un diálogo sin reproches, sin condenas y en el que brilla la luz de una delicada tolerancia
Jesús no aprueba que la mujer no conviva con su marido, pero en lugar de juzgarla la felicita por su sinceridad. Actúa como buen pastor y nos enseña a ser respetuosos si de verdad queremos entendernos con los demás.

6.- Oración al niño Dios
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es navidad. Amén.
Gloria al Padre

7.- Gozos
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino infante ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Niño del pesebre nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tú esplendor veamos, Niño tan precios, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Rey de las naciones Emmanuel preclaro de Israel anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño ven Dios humanado luce hermosa estrella, brota flor del campo.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo mi divino hermano.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- has de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tú amor y tú paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Ven salvador nuestro por quien suspiramos ven a nuestras almas ven no tardes tanto

jueves, 17 de diciembre de 2009

Antífonas Mayores - Oh Sabiduría


DÍA 17 DE DICIEMBRE

OH SABIDURÍA,
que brotaste de los labios del Altísimo,
abarcando del uno al otro confín
y ordenándolo todo con firmeza y suavidad,
ven y muéstranos el camino de la salvación


Nuestra primera invocación admirativa es a esa dichosa Sabiduría, Palabra pronunciada por el Padre, el Altísimo y el Profundísimo; Palabra viva que no deja de ser pronunciada; Sabiduría personalizada que hunde sus raíces en las entrañas de Dios. Es una Sabiduría que se extiende del uno al otro confín; que todo lo abarca y todo lo penetra; que está en lo más íntimo de cada ser, de cada cosa, de cada ley, de cada movimiento, de cada aliento.

Es la Sabiduría que no se queda mirando en el propio espejo, sino que multiplica los espejos y las imágenes de la Fuente primera, del Amor primero, en el que se renueva a cada instante.

Sabiduría creadora y generosa, que sale de sí para estar en todo y estar en todos; que lo ordena todo con firmeza y suavidad, sabia y prudentemente, sin permitir la anarquía o la angustia; que lo embellece todo con su divino resplandor.

¡Cómo necesitamos la Sabiduría que brota de Dios! ¡Cómo necesitamos de su enseñanza luminosa! Tenemos mucha ciencia, pero poca sabiduría. Conocemos muchas cosas, pero desconocemos la cosa, ese secreto que nos haga felices.

Por eso, Sabiduría divina,
Sabiduría amiga,
ven a enseñarnos ese camino,
ven a alimentarnos con tu palabra,
ven y muéstranos el camino de la salvación.

2º Día


Diciembre 17 – Día 2
1.- Oración para comenzar
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tú hijo la mejor prenda de tú amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
2.- Oración para la familia
Señor has de nuestro hogar un sitio de tú amor. Que no haya injuria porque tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque tú nos bendices. Que no haya egoísmo porque tú nos alientas. Que no haya rencor porque tú nos das el perdón. Que no haya abandono porque tú estas con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti en tú diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.
3.- Oración a la Virgen
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos reúne alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
4.- Oración a San José
Santísimo San José esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles, con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
5.- Meditación del día
Segundo día dedicado a la COMPRENSIÓN. Comprensión es una nota distintiva de todo verdadero amor.
Podemos decir que la encarnación de un Dios que se hace hombre puede leerse en clave de ese gran valor llamado comprensión. Es un Dios que se pone en nuestro lugar, que rompe las distancias y comparte nuestros afanes y nuestras alegrías. Es gracias a ese amor comprensivo de un Dios padre que somos hijos de Dios y hermanos entre nosotros. Dios, como afirma San Juan nos muestra la grandeza de su amor y nos llama a vivir como hijos suyos. Leer la primera carta de Juan 3, 1 – 10. Si de verdad actuamos como hijos de Dios no imitamos a Caín si no que “damos la vida por los hermanos” (3, 16).
Con un amor comprensivo somos capaces de ver las razones de los demás y ser tolerantes con sus fallas.
Si la NAVIDAD nos torna comprensivos es una excelente Navidad.
Feliz navidad es aprender a ponernos en el lugar de los demás.
6.- Oración al niño Dios
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es navidad. Amén.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino infante ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Niño del pesebre nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tú esplendor veamos, Niño tan precios, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Rey de las naciones Emmanuel preclaro de Israel anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño ven Dios humanado luce hermosa estrella, brota flor del campo.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo mi divino hermano.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- has de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tú amor y tú paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- Ven salvador nuestro por quien suspiramos ven a nuestras almas ven no tardes tanto

miércoles, 16 de diciembre de 2009

1º Día


Diciembre 16 – Día 1

1.- Oración para comenzar

Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tú hijo la mejor prenda de tú amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo túyo y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.

Padre Nuestro

2.- Oración para la familia

Señor has de nuestro hogar un sitio de tú amor. Que no haya injuria porque tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque tú nos bendices. Que no haya egoísmo porque tú nos alientas. Que no haya rencor porque tú nos das el perdón. Que no haya abandono porque tú estas con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti en tú diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.

3.- Oración a la Virgen

Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos reúne alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.

Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.

4.- Oración a San José

Santísimo San José esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles, con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.

Padre Nuestro

5.- Meditación del día

Vamos a afianzar nuestros valores de modo que la navidad sea lo que debe ser; una fiesta dedicada a la RECONCILIACIÓN. Dedicada al perdón generoso y comprensivo que aprenderemos de un Dios compasivo.

Con el perdón del Espíritú Santo podemos reconciliarnos con Dios y con los hermanos y andar en una vida nueva. Es la buena noticia que San Pablo exclamó en sus cartas, tal como leemos en su epístola a los romanos 5. 1 – 11. Vivir la navidad es cancelar los agravios si alguien nos ha ofendido, y es pedir perdón si hemos maltratado a los demás.

Así, del perdón nace la armonía y construimos esa paz que los ángeles anuncian en Belén: paz en la tierra a los hombres que aman al Señor y se aman entre sí. Los seres humanos podemos hacernos daño con el odio o podemos ser felices en un amor que reconcilia. Y esa buena misión es para cada uno de nosotros: ser agentes de reconciliación y no de discordia, ser instrumento de paz y sembradores de hermandad.

6.- Oración al niño Dios

Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro hermano.

Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es navidad. Amén.

Gloria al Padre

7.- Gozos

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

- Oh sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino infante ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

- Niño del pesebre nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

- Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tú esplendor veamos, Niño tan precios, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tús dulces labios.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

- Rey de las naciones Emmanuel preclaro de Israel anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño ven Dios humanado luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

- Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo mi divino hermano.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tús plantas bese ya tús manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

- has de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tú amor y tú paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

- Ven salvador nuestro por quien suspiramos ven a nuestras almás ven no tardes tanto

NOVENA DE NAVIDAD


Hoy se da comienzo a la Novena de Navidad.

Estaremos postando a cada día, las oraciones correspondientes para que cada uno, y como Iglesia, rezemos y meditemos en preparación a la Navidad.

Incluiremos en esta novena las ANTÍFONAS MAYORES porque, es de suma importancia que las recemos. Inclusive es por estas antífonas que vamos a celebrar el 18 de diciembre en conmemoración a Nuestra Sra de la Expectación, o "de la O" o también como la conocemos en Argentina "Nuestra Sra del Adviento".
Las Antífonas Mayores son:
O Sapientia = sabiduría, Palabra

O Adonai = Señor poderoso

O Radix = raíz, renuevo de Jesé (padre de David)

O Clavis = llave de David, que abre y cierra

O Oriens = oriente, sol, luz

O Rex = rey de paz

O Emmanuel = Dios-con-nosotros.

La Paz del Señor que viene está con ustedes

SOLO QUIEN PERDONA ES LIBRE


SOLO QUIEN PERDONA ES LIBRE

Todo sentimiento de odio,
de rebeldía,
de venganza
o agresión,
nos hace esclavos
de nosotros mismos,
esclavos de nuestras
pasiones e instintos.

Poco a poco
actúan en nosotros
como ídolos que exigen
que sus caprichos
sean satisfechos.

Quien odia, se esclaviza.
Quien perdona, se libera.

Carlos A. Schmitt



Creemos firmemente que Cristo vino a liberarnos de nuestros egoismos, de nuestras ganas de tener, de nuestra falta de humanidad.

El tiempo de Adviento nos ayuda a reflexionar qué cosas hacemos para cambiar nuestra vida. Pensemos que si celebramos todos los años el nacimiento del Señor, el Príncipe de la Paz, pero no cambiamos en nada ¿qué recompensa tendremos? porque los hipócritas hacen lo mismo.

Prepararse para la llegada del Señor, tanto para la celebración de Navidad como para su segunda venida, es no buscar tener sino SER; es compartir con el que no tiene; es perdonar más que querer ser perdonado; es amar más que querer ser amado; es dar sin esperar nada a cambio.

Pidamos al Señor la gracia de la verdadera conversión, para que percibamos que habrá la verdadera Navidad cuando ya no haya un hermano con hambre ni al borde del camino.


P. Adelino, HSICM

martes, 15 de diciembre de 2009

PREPARARNOS PARA EL SEÑOR QUE VIENE


Quisiera reflexionar con ustedes en esta tercera semana de Adviento sobre la presencia de Dios en nuestra vida.

El Profeta Sofonías (3º de adviento), nos exhorta a cantar de alegría porque Dios esté en medio nuestro. Saber que Dios está no es suficiente para que podamos prepararnos para la llegada del Mesías, el mundo necesita confiar y creer en esta presencia que guía, protege y acompaña a su pueblo. Más aún, una presencia que nos libera del peso de nuestras preocupaciones y pecados.

El Señor está por llegar, no viene con un arma en sus manos para punir, no viene para juzgar y condenar, no viene para excluir o marginar. Él viene para quedarse entre su pueblo, así como Dios quiso quedarse.

En esta espera, no nos olvidemos que limpiar lo que todavía está sucio, de vaciar el corazón para que el Niño-Dios pueda encontrar dentro nuestro un lugar. Sólo cuando estamos vacíos somos capaces de llenarnos de la gracia del Señor. Vaciarnos de nosotros mismos es necesario. NO TEMAS nos dice el Señor.

Para terminar, comparto esta oración de confianza en la bondad, misericordia y fidelidad de Dios.


NADA TE TURBE...

NADA TE TURBE
NADA TE ESPANTE
TODO SE PASA
DIOS NO SE MUDA;

LA PACIENCIA
TODO LO ALCANZA,
QUIEN A DIOS TIENE
NADA LE FALTA
SOLO DIOS BASTA.

STA. TERESA DE JESÚS
P. Adelino DOS SANTOS, HSICM

lunes, 14 de diciembre de 2009

DECÁLOGO DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO


1ª ALEGRATE por haber sido tocado por Dios desde el día de tu Bautismo. Eres hijo suyo y, además, en Belén te demostrará una vez más su gran amor: JESUS
2ª ALEGRATE en medio de las contrariedades. Sonríe, aunque a veces, estés llorando por dentro.
3ª ALEGRATE aunque la suerte no te sonría. Dios te acompaña y, tarde o temprano, te dará respuesta
4ª ALEGRATE porque Dios sale a tu encuentro. Se hace hombre por salvarnos, para que le veamos, para romper las distancias existentes entre la tierra y el cielo.
5ª ALEGRATE para infundir alegría a nuestro mundo. El pesimismo no se combate con más kilos de tristeza y, por el contrario, sí con una buena dosis de alegría cristiana.
6ª ALEGRATE aunque, aparentemente, no consigas los efectos deseados. Tampoco Dios, en Belén, se hizo sentir con mucho éxito sino todo lo contrario.
7ª ALEGRATE en el trabajo. Que se note que eres cristiano. Que irradies la alegría de la próxima Navidad: Dios en medio de nosotros
8ª ALEGRATE porque, como Juan Bautista, también tú puedes ser pregonero del nacimiento de Cristo, de su fuerza y de su Palabra
9ª ALEGRATE esperando en Dios y, sobre todo, trabajando y optando por su inminente llegada: ¡El Señor está cerca!
10ª ALEGRATE y, lejos de pretender que cambien los demás, cambia un poco tú. Que el Señor, cuando llegue, encuentre por lo menos tu camino limpio y bien preparado para su nacimiento.

TENER LOS MISMOS SENTIMIENTOS DE CRISTO


Podríamos decir que nuestro corazón está muchas veces como galvanizado para identificarse con los sentimientos de Jesús. La posesión de lo material, las relaciones humanas muchas veces estrechas e interesadas, y mi propio yo, nos hacen suponer que esto es suficiente y que no necesitamos nada más para llenar la vida, el tiempo y la existencia.

Si respondiendo a su invitación, comenzamos a pensar como Él, leyendo el Evangelio y el mensaje de su venida, se va despertar en nosotros el deseo de Dios, la búsqueda, y la convicción de que Él viene y nos espera.

El Adviento es un ofrecimiento para acercarnos a Dios por medio de Jesucristo, que nos revela su vida más íntima, a fin de creer que Jesús es Dios con nosotros”, que “Jesús es el Señor”. Y contemplando el rostro de Jesucristo, el cual nació y dio su vida por nosotros, podemos identificarnos también con los mismos sentimientos de Jesús.

A su vez, estos mismos sentimientos, nos permitirán descubrirlo en los sufrimientos de aquellos que están a nuestro alrededor, de los más necesitados, y nos moverán a crecer en su amor, y a mirar a los demás como Él mismo lo hace. Así también, podremos dar testimonio de Dios y de su presencia entre nosotros, ya que cada uno “es consciente de que el amor, en su pureza y gratuidad, es el mejor testimonio del Dios en el que creemos y que nos impulsa a amar” (Benedicto XVI, Dios es caridad, nº 31).

domingo, 13 de diciembre de 2009

Plegaria de la Tercera Semana de Adviento



Fuente: por Ciudad Redonda, F.P. cmf
http://www.ciudadredonda.org/spip/article.php3?id_article=296



Ve, Señor de mi vida, delante de mí allanándome el camino. Ábreme todas las puertas. Dame los tesoros ocultos de la vida. Quiero conocerte, Hacedor de la paz. Que se abra al fin la tierra y brote la salvación, y con ella germine la justicia. Con tus propias manos distribúyela, y que alcance para todos. Consérvanos en el amor vigilante, para que podamos recibir la misericordia, la sorpresa, la... ¡qué se yo! de tu Hijo que se acerca. Oh Padre, hazme sentir y saborear que dentro de mí eres más real que la vida misma. Convénceme, sin violentarme, que eres el único valor por el que merece la pena luchar hasta morir para poseerlo. Entonces te buscaré, Señor, en la noche. Vigilaré por ti en cada momento, hasta que mi espera se convierta en espléndida aurora, en la que llegas para consolarnos. Oirán los sordos la Palabra que Tú pronuncias y nos regalas. Ya sin oscuridad, los ojos ciegos verán al que ha sido colocado en unas pajas. Los pobres se gozarán con ese Dios tan pequeñito que ha venido a visitarles. Indignidad y opresión serán borradas de la tierra. Con tus propias manos arrancarás al inocente del dominio de aquellos que con iniquidad compraron la justicia. Por eso hoy... hoy quisiera no odiar en mi corazón a los hermanos. Quisiera no vengarme ni guardar rencor contra los hijos de mi pueblo. Quisiera amarlos como a mí mismo me amo (cf. Lv 19, 18). Y fomentar la vida, que será siempre mejor que sembrar la muerte. Y cambiar yo la metralleta de mis manos por un frágil trozo de pan, para compartirlo precisamente con aquel a quien iba a dispararle y convertirnos ambos a la vez en seres humanos con un poco de amor que compartir e intercambiar... Mi querido Dios tan pequeñito, colocado en un pesebre, quisiera hoy, ¡siempre!, quisiera no odiar en mi corazón a los hermanos.