Segunda semana de Adviento
Lectura bíblica: No temas, María, porque has encontrado gracia delante de Dios. Concebirás y darás a luz un hijo y le pondrás de nombre Jesús. (Lc 1,36).
Meditación: Todo el mundo, la creación eterna, está atenta. Está a la espera de la respuesta de María. De su resolución depende el consuelo de los pobres, la redención de todos. También, hoy, Dios espera de nosotros para continuar la redención de la humanidad.
A continuación lees la frase bíblica que corresponde al día de esta segunda semana de Adviento:
Domingo: Señor, mi corazón no es ambicioso ni mis ojos soberbios. (Sal 130)
Lunes: No pretendo grandezas que superen mi capacidad (Sal 130)
Martes: Acallo y modero mis deseos como un niño en brazos de su madre (Sal 130)
Miércoles: Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre (Sal 89)
Jueves: Dichosos los que encuentran en ti su fuerza y la esperanza de su corazón (Sal 89)
Viernes: Señor, escucha mi súplica, mira el rostro de tu ungido (Sal 83)
Sábado: Bendito eres, Señor, enséñame tus leyes (Sal 188)
Oración final: Oh Dios, que por el anuncio del ángel has querido que el Verbo se hiciese hombre en el seno virginal de la hija de Sión, ayúdanos a acoger en nuestro corazón tu palabra de vida. Amén.
Lectura bíblica: No temas, María, porque has encontrado gracia delante de Dios. Concebirás y darás a luz un hijo y le pondrás de nombre Jesús. (Lc 1,36).
Meditación: Todo el mundo, la creación eterna, está atenta. Está a la espera de la respuesta de María. De su resolución depende el consuelo de los pobres, la redención de todos. También, hoy, Dios espera de nosotros para continuar la redención de la humanidad.
A continuación lees la frase bíblica que corresponde al día de esta segunda semana de Adviento:
Domingo: Señor, mi corazón no es ambicioso ni mis ojos soberbios. (Sal 130)
Lunes: No pretendo grandezas que superen mi capacidad (Sal 130)
Martes: Acallo y modero mis deseos como un niño en brazos de su madre (Sal 130)
Miércoles: Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre (Sal 89)
Jueves: Dichosos los que encuentran en ti su fuerza y la esperanza de su corazón (Sal 89)
Viernes: Señor, escucha mi súplica, mira el rostro de tu ungido (Sal 83)
Sábado: Bendito eres, Señor, enséñame tus leyes (Sal 188)
Oración final: Oh Dios, que por el anuncio del ángel has querido que el Verbo se hiciese hombre en el seno virginal de la hija de Sión, ayúdanos a acoger en nuestro corazón tu palabra de vida. Amén.
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