Madre, una gracia te pido, 
que me sanes en cuerpo y alma.

lunes, 9 de noviembre de 2009

La Esperanza (IV)


La falta de esperanza puede manifestarse de dos formas, como desesperación porque el que desespera no espera, o como desesperanza semánticamente ambas palabras son idénticas pero el uso les ha dado significados distintos. La desesperación es el resultado de una situación que parece no tener salida y produce agresividad, bien sea hacia uno mismo que en ocasiones incluso llega al suicidio, bien sea hacia los demás. A la desesperanza se llega en cambio por una acumulación de desilusiones y se traduce en una aceptación resignada de la situación. Puede conducir a la depresión pero también puede mostrar el rostro de la renuncia sonriente como aquella vieja canción bonjour tristeza o a la novela del mismo nombre que representa un poco una línea de ese estilo. Esa fue la opción también de Sartre el existencialista ateo francés el que llegó prácticamente con su pensamiento al Mayo francés allá por el 1868, trágico. La desesperanza, el vacío existencial, el sin sentido de la vida.

Ese clima desesperanzado hoy está también muy, muy presente incluso en los medios de comunicación que no tienen ideas ni creatividad, en la falta de filósofos, de pensadores profundos de poetas que hay en el mundo. Ese clima desesperanzado es muy grave. El ser humano no puede ni debe vivir sin esperanza, bien sea la esperanza menuda, pequeña o vitales, esperanzas a corto plazo como muchos o esperanza escatológica o sea con una visión mas amplia, mas profunda. Dante Alliguieri coloca en el infierno el siguiente mensaje “Dejen toda esperanza ustedes que entran aquí” Terrible ¿no? Y de hecho una vida sin esperanza es un anticipo del infierno es un infierno anticipado. Se es joven mientras se hacen proyectos para el futuro y se tienen ilusiones. Por eso la esperanza es el elixir de la eterna juventud. Ya lo dijo el famoso novelista Tomás Kang “El tiempo que se pasa esperando no envejece en cambio cuando desaparece la esperanza el ser humano se marchita, se reseca y muere aunque tenga 20 años. La imagen empleada por el profeta Ezequiel para describir el estado de ánimo de los israelitas en el exilio no puede ser mas expresiva ni mas actual.

“Se han secado nuestros huesos se ha desvanecido nuestra esperanza todo se ha acabado para nosotros” La persona esperanzada por el contrario, es una persona alegre, no frívolamente alegre. Por mala que sea su situación, la encontramos serena porque vive en vísperas del gozo. Los que esperan son las personas mas fuertes de la tierra. La esperanza es una fuente tan poderosa de vitalidad que si un enfermo no espera ya nada se deja morir. Cuando Don Quijote perdió la ilusión decía “yo ya no soy don Quijote de la Mancha sino Alonso Quijano” Sancho sabiendo que sin ilusión no se puede vivir intentó animarlo. “Que tonterías dice mi señor como no va a ser don Quijote, vamos, ánimo que la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir sin mas ni mas, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben mas que las de la melancolía”.

Así son las cosas. El que espera llegar a la meta, camina y al que le desaparece la meta, el objetivo, el porqué el para que, el sentido de la vida, la esperanza, le quiebra las piernas. Ocurre lo mismo a nivel colectivo. Fue la energía inmensa de la esperanza la que sacó a la humanidad de las cavernas, de la postración de la segunda guerra mundial del holocausto, de Hiroshima, de Nagasaki Fue la energía inmensa de la esperanza la que puso al hombre en marcha por los caminos de la historia y lo empuja hacia un destino siempre mejor. Cuando una sociedad pierde la esperanza carece de futuro porque languidece su vitalidad y se paralizan sus iniciativas. Quizás es eso lo que nos pasa en este momento, lo que pasa en nuestra patria, lo que pasa en gran parte de occidente, lo que pasa en el mundo. Si el presente es un tiempo de crisis es también un tiempo de gracia para mi y para vos. Cada día estrenado en la esperanza va configurando desde hoy un rosario de semillas de futuro como anticipo histórico de un final feliz en que todo ha de terminar bien.

Porque la esperanza es un tesoro hecho de tesoros todavía escondidos. La resurrección de Cristo y la certeza en la fe de su triunfo al final de los tiempos actualiza nuestra esperanza y nos va alegrando y rejuveneciendo espiritualmente. Por el contrario, la decrepitud espiritual se va adueñando de nosotros cada vez que entristecidos, volvemos al mañana nuestra espalda. La juventud de una persona mas que por los años se mide por el factor esperanza, la capacidad de esperar contra toda esperanza. Por eso tendremos que esforzarnos por mantener una esperanza activa para que con metros y metros de esperanza podamos fabricar millones de banderas de gracia de bendición que cubran esta bendita patria Argentina, con ese manto celeste y blanco de la Virgen de Lujan El otro día un amigo de Buenos Aires me regaló un libro recién publicado cuyo autor es Bartolomé Devedia sobre la vida y testimonio del siervo de Dios la vida del cardenal Eduardo Pironio. Se llama “La esperanza como camino” Es un lindo libro que presenta con fotos y con textos la vida de este cardenal que está en proceso de ser canonizado Fue obispo de Mar del Plata, fue obispo auxiliar de La Plata fue presidente del Celam, fue cardenal de la iglesia fue prefecto de la sagrada congregación de religiosos primeros y luego fue el presidente del consejo de laicos. Fue el artífice de las jornadas de la juventud. Este hombre que nos habla de la esperanza, cuando yo era seminarista leía su libro “Testigos de la esperanza” Dice cuando era obispo auxiliar “si tuviera que dejar hoy un mensaje sería el de la fidelidad de Dios, Dios es fiel y yo me siento feliz de dar al mundo mi alegría de ser sacerdote. Invito a todos a creer que Dios es Amor, a ser cotidianamente felices a esperar contra toda esperanza” nos decía Eduardo Pironio por el cual estamos orando pidiendo que el Señor lo eleve a los altares para que sea también un testigo para toda nuestra América a la que tanto amó. Esa América Latina que tanto amó.

Por eso tenemos una oración de este hombre del cual un día voy a dedicar un programa a él durante este año sacerdotal. Simplemente hoy quería decir que era uno de 19 hermanos de una familia italiana La oración dice “Oh Dios Padre Nuestro que has llamado a tu siervo Eduardo Francisco Pironio a seguir a tu iglesia como sacerdote y obispo confortado por la materna solicitud de la Virgen María y lo has hecho alegre anunciador de la esperanza y de la cruz, concédenos que siguiendo su ejemplo podamos proclamar y testimoniar nuestra fe con un corazón misericordioso y acogedor. Por su intersección danos la gracia que confiadamente te pedimos” y hoy muy especialmente unidos a él que está allí descansando en la Basílica de Lujan él que era tan devoto de María ponemos muy especialmente a través de él a Jesús nuestra patria Argentina en esta víspera de este acto eleccionario para que tengamos todos luz, discernimiento, reflexión y coraje cívico para votar en conciencia, para que podamos celebrar la vida a pesar de todo y con todo porque la vida merece la pena ser celebrada porque es regalo de Dios, porque es don de Dios. Y por eso esta hermosa canción que compuso Axel, que en esta letra simple y sencilla habla de una profundidad en él al menos trascendente Nos dice “Celebra la vida”.

Gracias antes que nada Señor por todo lo que nos das, gracias Señor por estos días que son desnublados también dentro de mí, por las tardes tranquilas y las noches oscuras, gracias por la salud y por la enfermedad, por las penas y las alegrías. Gracias por todo lo que me prestaste y luego me pediste, por la sonrisa amable y por la mano amiga. Gracias por el amor, por todo lo hermoso y por todo lo dulce, por las flores y las estrellas, por los niños, los ancianos. Gracias por la soledad, el trabajo, por las dificultades y las lágrimas por todo lo que me acerca a vos. Gracias por conversar con vos y darme techo y sustento. Dame Señor lo que vos quieras darme, solo te pido fe para mirarte en todo, esperanza para no desfallecer y caridad para amarte cada día mas y para hacerte amar entre los que me rodean. Dame paciencia y humildad, lo que sabes que me conviene y yo no se pedir. Que tenga el corazón alerta, el oído atento, las manos y la mente atenta y que me halle siempre dispuesto a hacer tu santa voluntad. Derrama Señor tu gracia sobre todos los que amo sobre todos los oyentes sus intenciones y sus anhelos de esperanza sobre toda nuestra patria y concede tu paz al mundo entero Y que por intercesión de María Reina de la Paz nos bendiga el buen Dios Todopoderoso nos sane, salve y libere el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amen.

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