Madre, una gracia te pido, 
que me sanes en cuerpo y alma.

viernes, 19 de febrero de 2010

EL TIEMPO DE CUARESMA


Fuente: http://www.aciprensa.com/fiestas/cuaresma/manual.htm

1. Un tiempo con características propias.

La Cuaresma es el tiempo que precede y dispone a la celebración de la Pascua. Tiempo de escucha de la Palabra de Dios y de conversión, de preparación y de memoria del Bautismo, de reconciliación con Dios y con los hermanos, de recurso más frecuente a las "armas de la penitencia cristiana": la oración, el ayuno y la limosna (ver Mt 6,1-6.16-18).

De manera semejante como el antiguo pueblo de Israel marchó durante cuarenta años por el desierto para ingresar a la tierra prometida, la Iglesia, el nuevo pueblo de Dios, se prepara durante cuarenta días para celebrar la Pascua del Señor. Si bien es un tiempo penitencial, no es un tiempo triste y depresivo. Se trata de un tiempo especial de purificación y de renovación de la vida cristiana para poder participar con mayor plenitud y gozo del misterio pascual del Señor.

La Cuaresma es un tiempo privilegiado para intensificar el camino de la propia conversión. Este camino supone cooperar con la gracia, para dar muerte al hombre viejo que actúa en nosotros. Se trata de romper con el pecado que habita en nuestros corazones, alejarnos de todo aquello que nos aparta del Plan de Dios, y por consiguiente, de nuestra felicidad y realización personal.

La Cuaresma es uno de los cuatro tiempos fuertes del año litúrgico y ello debe verse reflejado con intensidad en cada uno de los detalles de su celebración. Cuanto más se acentúen sus particularidades, más fructuosamente podremos vivir toda su riqueza espiritual.

Por tanto habrá que esforzarse, entre otras cosas:

- Por que se capte que en este tiempo son distintos tanto el enfoque de las lecturas bíblicas (en la santa misa prácticamente no hay lectura continua), como el de los textos eucológicos (propios y determinados casi siempre de modo obligatorio para cada una de las celebraciones).

- Por que los cantos, sean totalmente distintos de los habituales y reflejen la espiritualidad penitencial, propia de este tiempo.

- Por lograr una ambientación sobria y austera que refleje el carácter de penitencia de la Cuaresma.

2. Sentido de la Cuaresma.

Lo primero que debemos decir al respecto es que la finalidad de la Cuaresma es ser un tiempo de preparación a la Pascua. Por ello se suele definir a la Cuaresma, "como camino hacia la Pascua". La Cuaresma no es por tanto un tiempo cerrado en sí mismo, o un tiempo "fuerte" o importante en sí mismo.

Es más bien un tiempo de preparación, y un tiempo "fuerte", en cuanto prepara para un tiempo "más fuerte" aún, que es la Pascua. El tiempo de Cuaresma como preparación a la Pascua se basa en dos pilares: por una parte, la contemplación de la Pascua de Jesús; y por otra parte, la participación personal en la Pascua del Señor a través de la penitencia y de la celebración o preparación de los sacramentos pascuales -bautismo, confirmación, reconciliación, eucaristía-, con los que incorporamos nuestra vida a la Pascua del Señor Jesús.

Incorporarnos al "misterio pascual" de Cristo supone participar en el misterio de su muerte y resurrección. No olvidemos que el Bautismo nos configura con la muerte y resurrección del Señor. La Cuaresma busca que esa dinámica bautismal (muerte para la vida) sea vivida más profundamente. Se trata entonces de morir a nuestro pecado para resucitar con Cristo a la verdadera vida: "Yo les aseguro que si el grano de trigo.muere dará mucho fruto" (Jn 20,24).

A estos dos aspectos hay que añadir finalmente otro matiz más eclesial: la Cuaresma es tiempo apropiado para cuidar la catequesis y oración de los niños y jóvenes que se preparan a la confirmación y a la primera comunión; y para que toda la Iglesia ore por la conversión de los pecadores.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario