Fonte: Catholic.net
Es hora de volver a Dios
La Iglesia necesita laicos que respondan al llamado de Dios para ayudar a sanar, iluminar, formar, bendecir, interceder y comprender que el ser humano es Imagen de Dios.
No cabe duda que estamos asistiendo a la más dramática ausencia de valores, el aire que respiramos no es el mejor y el ambiente que se vive está sumergido en manifestaciones materialistas, hedonistas, maximalistas, llevando al “Ser Humano” al más profundo espíritu de decadencia y alienación, de pérdida de la capacidad de interrogarnos por nosotros mismos y por los demás.
La ausencia de valores cristianos fundamentales en la cultura de la modernidad no solamente ha ofuscado la dimensión de lo trascendente, abocando a muchas personas hacia el indiferentismo religioso – también en América Latina -, sino que, a la vez es causa determinante del desencanto social en que se ha gestado la crisis de esta cultura. Tras la autonomía introducida por el racionalismo, hoy se tiende a basar los valores sobre todo en consensos sociales subjetivos que, no raramente, llevan a posiciones contrarias incluso a la misma ética natural.
Piénsese en el drama del aborto, los abusos en ingeniería genética, los atentados a la vida y a la dignidad de la persona) .
Esta obra desea iluminar en la urgente necesidad de acceder “y para qué esperar más”, en la re-educación del espíritu cristiano, buscando renovar los valores humanos enmarcados en la familia, el trabajo, la sociedad en general.
Muchos son los múltiples esfuerzos de teólogos, filósofos, humanistas, profesionales de todas las áreas y ciencias, padres de familia, misioneros, desarrollados bajo el tenor de la Fe de la Iglesia “Mater et Magistra”, “Madre y Maestra” que buscan proporcionar nuevas estrategias de evangelización capaces de responder a las complicadas tareas de construcción y mejoramiento de la calidad de vida tanto material como espiritual de los seres humanos del Siglo XXI.
Me uno a estos esfuerzos con mis humildes oraciones y mi cotidianidad reconociendo que tenemos “TODOS” que tomar de una vez por toda la más sabia de las decisiones “VOLVER A DIOS”.
La Iglesia necesita también de Laicos comprometidos que respondan “FIAT” afirmativamente y en la praxis al llamado de Dios por medio de la Iglesia para ayudar a sanar, iluminar, formar, bendecir, interceder, calmar el hambre, y comprender que el ser humano es Imagen de Dios.
La Iglesia necesita laicos que respondan al llamado de Dios para ayudar a sanar, iluminar, formar, bendecir, interceder y comprender que el ser humano es Imagen de Dios.
No cabe duda que estamos asistiendo a la más dramática ausencia de valores, el aire que respiramos no es el mejor y el ambiente que se vive está sumergido en manifestaciones materialistas, hedonistas, maximalistas, llevando al “Ser Humano” al más profundo espíritu de decadencia y alienación, de pérdida de la capacidad de interrogarnos por nosotros mismos y por los demás.
La ausencia de valores cristianos fundamentales en la cultura de la modernidad no solamente ha ofuscado la dimensión de lo trascendente, abocando a muchas personas hacia el indiferentismo religioso – también en América Latina -, sino que, a la vez es causa determinante del desencanto social en que se ha gestado la crisis de esta cultura. Tras la autonomía introducida por el racionalismo, hoy se tiende a basar los valores sobre todo en consensos sociales subjetivos que, no raramente, llevan a posiciones contrarias incluso a la misma ética natural.
Piénsese en el drama del aborto, los abusos en ingeniería genética, los atentados a la vida y a la dignidad de la persona) .
Esta obra desea iluminar en la urgente necesidad de acceder “y para qué esperar más”, en la re-educación del espíritu cristiano, buscando renovar los valores humanos enmarcados en la familia, el trabajo, la sociedad en general.
Muchos son los múltiples esfuerzos de teólogos, filósofos, humanistas, profesionales de todas las áreas y ciencias, padres de familia, misioneros, desarrollados bajo el tenor de la Fe de la Iglesia “Mater et Magistra”, “Madre y Maestra” que buscan proporcionar nuevas estrategias de evangelización capaces de responder a las complicadas tareas de construcción y mejoramiento de la calidad de vida tanto material como espiritual de los seres humanos del Siglo XXI.
Me uno a estos esfuerzos con mis humildes oraciones y mi cotidianidad reconociendo que tenemos “TODOS” que tomar de una vez por toda la más sabia de las decisiones “VOLVER A DIOS”.
La Iglesia necesita también de Laicos comprometidos que respondan “FIAT” afirmativamente y en la praxis al llamado de Dios por medio de la Iglesia para ayudar a sanar, iluminar, formar, bendecir, interceder, calmar el hambre, y comprender que el ser humano es Imagen de Dios.
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