Cristo Roto
En San Gerardo, Tú, el Crucificado,
erguías en la cruz alta tu muerte.
Venían a rezarte, a oírte, a verte
los que en Haití al mirarte habían llorado.
Hoy por el terremoto, derribado
entre escombros, quisiste una igual suerte
a la de niños muertos, y así, inerte,
yaces entre ellos y el profesorado.
Yo me pongo a llorar con las estrellas,
mezclando con sus lágrimas mi llanto,
que me llueva del cielo como el de ellas;
que en los mares no hay agua para tanto
luto como el temblor dejó en sus huellas,
convirtiendo así a Haití en un camposanto.
lunes, 22 de marzo de 2010
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