Madre, una gracia te pido, 
que me sanes en cuerpo y alma.

martes, 25 de mayo de 2010

Adoración al Santísimo por la Patria


Adoración al SS. Sacramento en el día 25 de mayo

Canción
Bendito y Alabado sea Jesús en el SS. Sacramento del altar…

Señor Jesús, nos encontramos una vez más en tu presencia. Reconocemos que eres el Dios de la Vida y que sin Ti nada somos, nada podemos. Hoy, de manera muy especial te pedimos por nuestra Patria. Te decimos, oh buen Jesús que eres el “Señor de la historia y te necesitamos”. Te necesitamos, Señor, para que guíes nuestra vida, para que sanes nuestras heridas, para que cambies nuestro existir. Queremos servirte, Señor, pero nos cuesta seguir tu Palabra, nos cuesta hacer tu voluntad. Tócanos, Señor, con tu Gracia redentora para que escuchemos tu voz y digamos “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.

“Nos sentimos heridos y agobiados. Precisamos tu alivio y fortaleza”. Sí, Señor, tu alivio para que podamos sobrellevar nuestra cruz. Tu alivio para soportar los desalientos, los trastornos que nos agobian. Tu alivio de Pastor que sana y rescata. Tu alivio como fuente y manantial que refresca nuestra alma. Necesitamos tu fortaleza, Señor, para seguir. No queremos detenernos en el camino. Fortalécenos, oh Jesús Palabra, aliméntanos con tu Pan que da la vida. Fortalécenos, Jesús Sumo Médico, cura nuestra debilidad. Fortalécenos Jesús con tu gracia, sé tú nuestro sostén. Sana las heridas de la injusticia, del miedo y de la cobardía. Sánanos con tu gracia y con tu poder. Sé Tú, Señor, nuestra confianza.

“Queremos ser nación, una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común”. Oh, Jesús, haznos tu nación santa, tu pueblo regio, un pueblo de sacerdotes capaz de consagrarte el corazón y la existencia. Danos entrañas de Sabiduría para buscar la verdad que no defrauda, la verdad que nos torna libres. La verdad que es tu nombre para construir un mundo para todos. Quita, Señor, de nuestro corazón el deseo de pensar en nosotros mismos y danos el compromiso de pensar en el bien común. Que todo lo que hagamos sea siempre para el bien del prójimo. Que aprendamos a tener tu mirada tierna y verdadera, tu mirada misericordiosa y compasiva, tu mirada que no condena sino que salva, rescata y libera. Despierta en nosotros, Señor, el compromiso, el interés y el verdadero amor por los demás, para que los derechos sean de todos y valoremos la equidad como medio de alcanzar lo que tú nos has preparado.

Canción
Bendito y Alabado sea Jesús en el SS. Sacramento del altar…

“Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios para amar a todos sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden, aborreciendo el odio y construyendo la paz”. Queremos ser libres, Señor. Enséñanos que la libertad viene de la mano de la responsabilidad. Danos también la responsabilidad que corresponden a tus hijos, la responsabilidad de defender la vida, de rescatar los valores, de anunciarte sin temor. Señor Jesús, que aprendamos de ti y de nuestro Dios a no excluir, no marginar, no rechazar a los demás. Que aprendamos a crecer dentro de las diferencias, que aprendamos ver siempre lo que nos pueden unir y nunca lo que nos separa y divide. Danos un corazón capaz de perdonar así como tú nos perdonas cuántas veces nos acerquemos a Ti. Que el odio, la venganza, el miedo, la duda, la cobardía, el rencor sean desterrados de nuestro corazón. Danos un corazón manso y humilde como el tuyo para que construyamos la paz que tanto anhelamos.

“Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda”. Envíanos, Señor, tu Santo Espíritu con el Don de la Sabiduría. Báñanos con el agua viva de tu amor. Que tu sabiduría sea nuestra maestra para que aprendamos a dialogar. Que en el diálogo, Señor, encontremos las respuestas y el común acuerdo para el crecimiento de todos. Danos tu gracia, Señor para nunca perder la esperanza. Esperamos en Ti, Jesús. Tu eres la esperanza que no defrauda.

Canción
Bendito y Alabado sea Jesús en el SS. Sacramento del altar…

“Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor, cercanos a María, que desde Luján nos dice: ¡Argentina! ¡Canta y camina!” Estamos con tu madre, Señor, reunidos como en Pentecostés, esperando tu gracia y tus bendiciones para seguir sin vacilar, sin desanimar, sin perder la confianza en Ti. Queremos levantarnos, Señor. Te pedimos que nos sostengas de la mano. Queremos cantar el cántico nuevo de la victoria y de la vida. Queremos caminar hacia ti, oh Sumo Bien.

Te pedimos, dulcísimo Jesús, que nosotros “los mortales, oigamos el grito sagrado de la libertad”. Somos libres, porque tú nos has librado con tu sangre redentora. Concédenos la valentía de volver a gritar cuantas veces sean necesarias: Libertad, libertad, libertad. Libertad que nos ha salvado y nos ha hecho partícipes de tu gran amor. Que nos alegremos con “el ruido de las rotas cadenas” y jamás nos alegremos con el grito de los inocentes. Que seamos libertos de las cadenas que nos imposibilitan acercarnos a tu gracia: la cadena del rencor, del miedo, de la falsedad, de la injusticia, de la hipocresía. Que aprendamos a dar un lugar a la igualdad.

Canción
Bendito y Alabado sea Jesús en el SS. Sacramento del altar…

“Sean eternos los laureles, Que supimos conseguir”, Señor, pero danos la gracia de reconocer que todo es obra tuya. Que la victoria sin ti es derrota y la fatiga contigo es fortaleza. Que no crezcamos en orgullo dejando de vivir la humildad que tú nos enseñas. Que no demos lugar a la soberbia dejando de ser sencillos servidores tuyos. Danos, Señor, la capacidad de dar la honra, la gloria y el poder a Ti, que eres el Señor de nuestra historia. Hoy, Señor, más que nunca, decimos que te necesitamos.
¡Señor de la historia te necesitamos!
¡Señor de la historia te necesitamos!
¡Señor de la historia te necesitamos!

Gloria al Padre…

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