En el encuentro con los jóvenes argentinos, el Papa Francisco regaló a los jóvenes la imagen de Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina, y la Cruz de San Francisco para que ellos salgan peregrinar en los campos. En su breve discurso, el Pontífice dijo: "hermanos no olvidan los extremos de la vida, los jóvenes y los ancianos, y de la fe en Jesucristo".
La Catedral Metropolitana fue pequeño para la cantidad de argentinos que querían ver al Papa Francisco. Miles de jóvenes pasaron la noche en la iglesia para tener la oportunidad de saludar al Pontífice. La breve reunión se llevó a cabo a las 12:30 horas de este jueves 25 de julio.
"Quería decirles una cosa, lo que quiero como resultado de la JMJ. Quiero que sean activos en el mundo, yo quiero que sean activos en las diócesis", comenzó su discurso. "Los jóvenes y los ancianos están condenados al mismo destino: la exclusión. No se dejen excluir", pidió.
"Si ustedes quieren saber lo que deben hacer, lean Mateo 25. Las Bienaventuranzas de Mateo 25. No hay necesidad de leer otra cosa", explicó. Hizo hincapié en la necesidad de respetar a los jóvenes, los ancianos y el cuidado con la fe en Cristo. "Cuiden de los dos extremos de la vida, los dos extremos de la historia humana".
Después de una oración espontánea y de la bendición, el Papa concluyó su discurso. "Gracias por orar por mí. Necesito de las oraciones de ustedes".
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