Esta estrategia comunicacional está vinculada a la alta autoestima, aunque también puede aprenderse como parte de un proceso de desarrollo emocional. La asertividad supone expresiones conscientes, directas, claras y equilibradas, con el objetivo de comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de atacar. Por eso, quien actúa desde la asertividad, lo hace a partir de la autoconfianza y no desde las emociones relacionadas con la ansiedad o el enojo, por ejemplo.
Entre los beneficios de la asertividad, cabe destacar que favorece la confianza en la capacidad expresiva, potencia la autoestima, genera bienestar emocional, mejora la imagen social, promueve el respeto de los demás y posibilita las negociaciones y el logro de aquellos objetivos que dependen de la comunicación.
La asertividad apela a distintas técnicas verbales, entre las que se encuentran el disco rayado (la repetición ecuánime de una frase que expresa con claridad lo que deseamos de la otra persona), el banco de niebla (la búsqueda de algún punto limitado de verdad en el que uno puede estar de acuerdo con lo que el antagonista expresa), la asertividad positiva (expresiones de auténtico afecto y aprecio por otras personas) y la asertividad negativa (cuando se acepta una crítica mostrando la voluntad de corregir el error).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario