Madre, una gracia te pido, 
que me sanes en cuerpo y alma.

domingo, 12 de junio de 2011

NOVENA DÍA OCTAVO

Por la señal... Oración inicial.

Obediencia de San Antonio. La obediencia es la muerte de la propia voluntad, y cuando el hombre mata a ésta, ha matado a su mayor enemigo. La voluntad divina, manifestada por los legítimos Superiores, obra entonces maravillas en las almas. San Antonio fue obedientísimo. Lo fue tanto, que a un acto suyo de obediencia, predicando cuando le creían un ignorante, debemos el haber descubierto a este nuevo Doctor de las gentes... ¡Obedece, humilla tu amor propio:Dios te ensalzará!…

Tres glorias a la Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la oración final.

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